saltare las montañas de tu paraiso.
asi como saltan mis pensamientos
en el mara hasta perderse.
y me aferrare a las alturas,
cayendo solo para beber de tu inocencia.
tragos pequeños pero dulces.
el silencio yace en el inconciente,
no hay nada tan silencioso como ese movimiento.
sin embargo un eco me estremece,
y corro hasta poder alcanzarlo,
pero es inutil no logro ver mas allà.
ooh! viene de adentro,
no de adentro de las inmensas montañas, no.
pero si de mi interior.
mi propio eco estremece las partes menos sensibles de mi templo.
sigo saltando y observando que,
todo es creado por mi.
hasta ese paraiso al que llamas tuyo.
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